<p>«Por un segundo mi cerebro se apagó por completo. No estaba asustada. No estaba sobrecogida. No estaba nada de nada. Sólo tenía un pensamiento, y era la única cosa que mi cabeza podía contener.<br>Los grifos existen.<br>Lentamente reconstruí el mundo en mi cabeza. Seguía siendo Marjan Dastani. Seguía en secundaria. Mis amigas seguían siendo Carrie Finch y Grace Yee. Papá seguía muerto y yo seguía en Inglaterra. Todo permanecía igual, sólo que ...