<p>Con cruda honestidad, un tono irónico y ácido, Federico Fabregat nos habla del tedio, la inutilidad y el absurdo que envuelven a la clase media y, quizá, también a la humanidad misma, que no tiene remedio y sigue en pie cuando ya no hay nada más por dar. Este "hijo de Cioran" se vale del desencanto que traen consigo el comienzo de semana y los trámites burocráticos para poner sobre la mesa a la clase media y sus verdugos, como dice Rogelio Vil...