<p>En el extremo occidental de Europa, la orgullosa Isla Esmeralda parece librar una batalla perpetua contra los elementos. Azotada por el viento y la lluvia, la tierra de Irlanda emerge hierática del agua para revelar su naturaleza en bruto. Insolente y salvaje, nada parece haber cedido a la mano del hombre. Salpicada de verdes praderas que se precipitan al mar, páramos hostiles, con bosques encantados y lagos fantasmagóricos, el entorno de la i...