<p>Las profundas transformaciones, tanto en el proceso civil como en el penal, de las últimas décadas son de una intensidad tal que han acabado por alterar los perfiles, cometidos y expectativas de todos los sujetos conectados al proceso: desde los abogados hasta los informadores y medios de comunicación, pasando por las víctimas, la acusación particular y, por supuesto, jueces y fiscales y sus respectivos órganos de gobierno o espacio institucio...