<p>Pocas cosas irritan y provocan más que el lacerante filo de la ironía y la sorna que se planta desafiante ante el poder tiránico. Quizás más que el panfleto y la denuncia fundada, la caricatura y el humor políticos pueden ser un arma efectiva para desnudar las flaquezas de las dictaduras y de quienes las encabezan: sus bravuconadas pronunciadas siempre a resguardo, sus gestos genuflexos y desmesurados, sus absurdas muestras de gala y entroniza...