<p>¿Por qué usamos el celular durante una cantidad de horas que a nosotros mismos nos resulta estrafalaria? ¿Qué estamos dejando de lado por esas horas consagradas a la pantalla? Para Santiago Dayenoff, lo que resulta sustituido por el dispositivo es el otro, que parece seguir existiendo, pero ya no desde el mundo sensitivo, el del contacto, el de la mirada a los ojos, el de la palabra dicha y escuchada en el momento. Por lo tanto, en esta sustit...