<p>Agotada de un mal querer huí a Puerto La Sal. <br>Me dejé arrastrar en su espiral de entender el mundo.<br>Rompí en las distancias cortas y me liberé de toda una vida.<br><br>Vivía en automático y de forma automática se fue apagando mi vida. Una vida donde el amor no conocía de límites y donde yo era su personaje secundario, de esos que aparecen una vez cada veinte páginas. <br><br>Logré saltar al vacío. <br>Amar sin cicatrices. <br>Y que surg...