<p>En Mantra de remos un documentalista y un guionista, quizás un padre y un hijo o dos amigos, revisan planos, archivos y diarios. El hijo le recuerda la gramática al padre mientras él equivoca fechas y bebe un poco de vino. En esas fotografías se despliega la madurez de una voz poética, que teoriza sobre nuestra identidad sísmica o sobre<br>la muerte esculpida en cualquier secuencia cinematográfica. Y lo hace con un cuidado filial hacia el leng...