<p>Schreber quiere volver a casa pero no puede. Las calles, las casas, todo desaparece, en su lugar solo ve figuras planas, falsas representaciones, y en quienes lo rodean no ve más que a indignos juguetes de un Dios Inferior. Paralizado por una enfermedad que no entiende, y que la mayoría del tiempo ni siquiera sabe que padece, no está en condiciones de enfrentar lo peor, pero lo peor le sigue sucediendo. Su familia se desintegra y los fantasmas...