<p>Cuando la noche cae, los centros de trabajo de la capital bajan sus persianas y la mayoría de los currelas vuelven a sus casas a descansar hasta que empiece el nuevo día. Sin embargo, los hay que no tienen tanta suerte.<br>Cuando la noche cae, camareros, relaciones públicas o riders salen de sus hogares para enfrentarse a una nueva jornada de trabajo, que se desarrolla en el ruidoso silencio de la madrugada madrileña? y al amparo de la impunid...