<p>Desde las narrativas construidas en los medios de comunicación hasta las fórmulas morales, pasando por los preceptos religiosos y las ideologías jurídicas, los discursos sociales vigentes establecen que, entre todas las acciones legalmente prohibidas, el asesinato es el que merece la pena más severa. Sin embargo, en la práctica, esto no siempre se comprueba.<br><br>Matar no es siempre el mismo crimen analiza crítica y detalladamente el castigo...