<p>En su nuevo libro, Tomas Abraham se libra a eso que su compatriota, Emile Cioran, llamaba ejercicios de admiracion. Lo hace con fervor, con locura, con gratitud, con ferocidad, con erudicion, con brillantez. Desfilan por estas paginas los grandes amores de Abraham: la musica de Glenn Gould, las novelas de Amelie Nothomb, el cine de Herzog, la pintura de Fader, el pensamiento de Deleuze, entre muchos otros. Imposible, despues de leerlo, no sent...