<p>¿Acaso las mujeres siempre se dedicaron al cuidado del hogar y de los hijos si estaban casadas y si no, al convento y la oración? ¿Cómo podía ser que nunca ninguna mujer haya tenido el ímpetu de desafiar las costumbres? ¿Empezamos a pensar autónomamente recién cuando las distintas olas feministas nos dieron la voz de mando? Estas preguntas no pueden responderse fácilmente. Porque adentrarse en el mundo de los feminismos es como introducirse en...
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