<p>Nunca debería haber aceptado ese acuerdo?<br>Hace treinta días, mi jefe ?un tiburón de Wall Street? acudió a mí con una oferta que no pude rechazar: poner mi firma en una línea de puntos y fingir ser su prometida durante un mes. Si accedía, podía rescindir mi contrato laboral con una indemnización por despido "extremadamente generosa".<br>Las normas eran muy sencillas: prohibido besarse y tener sexo. Solo había que fingir que nos queríamos ant...