En el otono de 1895 un ilusionista llamado Onofroff llego a la ciudad de Buenos Aires Nadie conocia con certeza su verdadero origen Su especialidad era algo que de tanto en tanto figuraba en las carteleras portenas la adivinacion del pensamiento con pizcas de hipnotismo De manera algo sorpresiva su presencia en la ciudad se convirtio en un acontecimiento que rebaso el desabrido mundo de las marquesinas y los escenarios Durante tres meses los pode...