<p>El viaje a la poesía de Garamona no tiene en realidad un final de cuento, su relato es una invención del día que viene a cortar el ritmo y asume la forma limitada de otro libro. Pero su demanda no cesa, no para de volver a requerir la nueva imagen, el nuevo deseo, la música del pensamiento, como si cada poema que llega fuese el germen de infinitos más, o casi, porque el infinito no está a nuestro alcance y apenas brilla en la palma de la mano ...