<p>Tras treinta y un años de transitar el dolor, Silvia logra comprender a la muerte, encuentra otro sentido a la vida y puede sanar la gran herida que dejó la pérdida de su bebé.<br><br>El duelo por el fallecimiento de un ser querido no es fácil, y mucho menos cuando se trata de un hijo/a. Y esto se expresa en estas breves memorias "el proceso fue largo, pero entendí que mi hija no murió, no quedó reducida a nada, hoy vive más que nunca, en mi m...