<p>Al pasar las páginas de este libro surge una complicidad insólita, algo así como revolver un viejo baúl donde uno encuentra cartas, juguetes, retazos de vida que, en cada línea, evocan la calidez de la niñez, la extrañeza del primer asombro y esa mezcla de dolor y euforia que traen las pérdidas, los viajes, las presencias y las ausencias. Hay días de polvo y sol, noches de luciérnagas y el eco de una risa que viene de antaño. Hay el abrazo aus...