<p>La literatura no debe moralizar; así lo exige la emancipación de la moral que marca la ficción de los siglos XX y XXI. No obstante, en las representaciones literarias de situaciones históricas concretas se sigue inquiriendo en la dimensión ética, en lo que se estima "bueno" y "malo", "justo" y "falso". Tales distinciones no se limitan a las opiniones personales del lector; todo lo contrario, a menudo la narración misma las sugiere. Su ventaja ...