<p>"Antes de conocer a Jesús, Pedro podía tener toda su vida bajo control. Su casa, su familia, la pesca: era fácil gestionar su pequeño mundo. (...) Ahora, en cambio, todo era desproporcionado. Cientos, miles de personas de toda raza y lengua venían a él para pedirle lo imposible. La comunidad de los discípulos crecía cada vez más, y él era el responsable de todos. <br><br>Ya no había para él día ni noche, no había posibilidad de hacer comidas o...