<p> <br>Cuando al fin reconoces que eres adicto, que estás completamente enganchado, quieres apartar esa droga de tu vida a toda costa. Sin embargo, la dejas cerca. La guardas en algún rincón de la casa. Sabes que no vas a tocarla, o eso es lo que te repites. Pero está ahí, por si un día recaes. Eso significa una cosa: en realidad no quieres dejarla. Te has convencido de que es lo mejor para ti y te esfuerzas en llevarlo a cabo.<br> <br>Marc Ferr...