<p>Cierre los ojos por un momento y piense en Túnez... Los embriagadores aromas de las especias, el folclore de una capital generosa, el descanso sobre la cálida arena, los misterios de un desierto desconocido, los dedos calientes por el té de menta o pegajosos por suculentos pasteles, y pasarse las horas regateando y sonriendo con los vendedores<br>del zoco. No hay ninguna duda de que tantas maravillas han convertido rápidamente el país en un de...