<p>Harto de la guerra, de honores y de mujeres, el Conde de Wynstock regresa a casa, a Inglaterra. Allí estaba su vida pasada y probablemente su vida futura. Lo perseguía la fama de sus hazañas frente a las tropas napoleónicas?pero, él quería ser quien era en realidad.<br>La guerra había convertido a muchos soldados en delincuentes, y su casa estaba tomada por salteadores de caminos. Mas, surgió Vanda. Era una niña cuando el Conde se fue a la gue...