<p>En la primera historia de El teatro de marionetas (1801), de Heinrich von Kleist (1777-1811), se cuenta cómo un muchacho, para congraciarse con su maestro, imita la figura de un mancebo como él sacándose una astilla del pie (de tal escultura hay una copia en todas las casas burguesas del siglo xix). Al verlo, su maestro se burla y le miente al decirle que no se parece en nada a la escultura. El muchacho enrojece y nunca más puede imitar la fig...