“Vemos las caras de la bondad, la generosidad la compasión y el amor genuino, vemos la alegría del espíritu... Vemos las expresiones de la maldad, la mezquindad, la envidia y las oscuras pasiones que envenenan la salud del alma y por consecuencia del cuerpo. Vemos la amargura del espíritu. Pero somos quienes decidimos cuál de esos dos mundos habitar. Nuestra voluntad puede fortalecer el alma para que viva en los parajes de la paz, el perdón y la ...