Después de sufrir un ataque de pánico ante millones de telespectadores en la emisión de Good Morning America, Dan Harris supo que tenía que cambiar algunas cosas. Escéptico durante toda su vida, se dio cuenta de que el origen de sus problemas era en realidad aquello que siempre consideró su mayor activo: la voz interior incesante e invariable que le venía impulsando hacia los más altos niveles de una empresa hipercompetitiva. Y es que todos tene...