El amor. Esa bomba atómica que te explota el corazón. El desamor. Ese centro de rehabilitación inexistente. La vida. Ese no sé qué que no deja de pasarte y sucederte y para el que nadie todavía hoy ha creado un manual de instrucciones. Y tú, ese vehículo a piezas que a veces se descompone en un perímetro de diez mil kilómetros a la redonda con el fin de empujarte para recoger todos los pedazos y armar el puzle con más detalle, más amor y menos pr...