Mediante un exhaustiva relectura del evangelio, Pedro Beteta entrelaza la necesaria doctrina sobre san José con la imprescindible piedad hacia él. Los cristianos han reconocido siempre en san José a aquel insigne varón que vivió una singular comunión íntima con María y Jesús. Es más, saben también que, para quien lo intenta, el Santo Patriarca ejerce de inmejorable maestro del alma en el trato con Cristo y su Madre. La ininterrumpida devoción a...