El reverendo Charles Lutwidge Dodgson era un tímido diácono de Oxford que ejercía como profesor de matemáticas; un hombre bastante corriente si no fuera por su afición a fotografiar jovencitas y por unos libros extraños que publicó con el pseudónimo Lewis Carroll. Amante de las paradojas, aquel hombre tranquilo no supo que su vida iba a convertirse en la mayor de ellas: acabar siendo nuestro contemporáneo. Aunque, para evitar malentendidos, habrá...