Pese a que el reciente Catecismo de la Iglesia recomiende esta práctica dentro del sacramento de la Peni-tencia, al comienzo de la celebración de la Misa y en el rezo de Completas, al fin del día, muchos creyentes, e incluso directores de espíritu, la han encerrado en el baúl de los recuerdos. Aún admitidos los abusos o malos usos que pueda haber habido en esta práctica, el abuso no podrá jamás suprimir el uso. Por eso precisamente nos hace falta...