En Occidente, el siglo XX ha sido testigo del advenimiento de la burguesía asalariada. Pero, como esta ha de seguir siendo distinta del proletariado, es preciso que la fuerza de trabajo del burgués esté mejor pagada -a igual calificación- que la fuerza de trabajo del proletario. El capitalismo se ve así obligado a aceptar el pago de un precio suplementario, con lo que viola la ley fundamental de la máxima ganancia. Con todo, hoy en día, empezamos...