El autor orienta su investigación hacia la dimensión jurídica del Santo Oficio, un ámbito menos explorado, más acorde con nuestra especialización y, en definitiva, perfectamente adecuado para analizar un organismo que, al fin y al cabo, fue concebido y creado con la finalidad de administrar justicia en el que los juristas y teólogos europeos del Antiguo Régimen consideraron el más grave de los delitos. El lector puede advertir en los distintos t...