En el Filebo, con independencia de cuál creamos que es su tema principal, Platón presenta de un modo minucioso su doctrina del placer; en particular, del placer corporal. La finura analítica de la que hace gala en este diálogo tardío le permite admitir que no todos los placeres relacionados con el cuerpo son despreciables, del mismo modo que no son encomiables todos los del alma. No importa, a la hora de aprobarlo, que un placer sea del cuerpo o ...