Indomable, vigoroso y profundo, Nietzsche gestó una obra que marcaría a fuego la historia de la humanidad. A sabiendas de la importancia de sus textos, nunca retrocedió y jamás dudó, ni cuando los prejuicios propios de su tiempo se alzaron contra él, ni cuando la propia fragilidad de su salud se hizo sentir. «La visión dionisíaca del mundo»; «El nacimiento de la tragedia en el espíritu musical»; «Humano, excesivamente humano»; «Así habló Zaratust...