Decían que María Angustias Moreno supo desvelar, gracias a su primorosa paciencia, los textos del Archivo Histórico de la alhambra, los linajes de los escudos y blasones de la Granada moderna e iniciar a alumnas y alumnos en el estudio y la investigación de ese apasionante momento de nuestra historia. Pero poco se ha resaltado que, tras esa mencionada virtud, atesoraba las del esfuerzo, tenacidad, inteligencia, coraje y capacidad para abrir nuevos caminos del saber, pues, como solía suceder en los años en los que ella comenzó su andadura como estudiante y profesora universitaria, no eran éstas las alabanzas y virtudes que de una mujer fuese más conveniente realzar.