Me siento como esos exiliados voluntarios -si acaso ya la misma frase no entrana contradiccion- que no hallan sosiego en ningun lugar porque en el fondo no han roto amarras con lo unico con que nos es imposible romper con nosotros mismos Un inmigrante peruano en Tenerife escribe un diario que empieza con su nuevo trabajo en un salon de maquinas tragaperras Sus dias transcurren sin ninguna perspectiva de cambio y los personajes que lo rodean se en...