Lefranc es enviado a Australia para cubrir los Juegos Olimpicos de 1956 pero la meteorologia y sus caprichos le impiden continuar su camino Lefranc acepta entonces la propuesta de su amigo el atleta Jean Duval para terminar el trayecto en hidroavion Pero nada sucede como estaba previsto Tras un amerizaje forzoso Lefranc y el resto de los naufragos son recogidos por un barco inmenso que parece surgir del futuro...