Aunque no siempre ha sido así, hoy existe por doquier la arraigada convicción de que la producción y el mantenimiento del orden público y de la justicia son competencia exclusiva del Estado. No obstante, aunque la mayoría del estamento académico no cuestiona la argumentación en pro del dominio del Estado en este campo, hay amplios -y crecientes- sectores de la población que sí lo hacen. Se observa un creciente descontento frente a la administraci...