En muchas comunidades religiosas, masculinas y femeninas, así como en gran parte de los colectivos de sacerdotes, se vive la escasez actual de vocaciones a la Vida Religiosa y al Sacerdocio con gran pena, cierta culpabilidad y una difusa sensación de impotencia. Pero, a pesar de los intentos por hacerle frente, tal crisis no puede superarse simplemente con recetas pastorales bienintencionadas. Además de atender a la práctica pastoral, conviene no...