Tiempo sin días surgió como una necesidad por expresar lo que sentía ante una situación anómala y desconocida. Encerrada en casa y suspendida toda actividad, me hizo dar un doble valor a la escritura. Este tiempo ha organizado mis días creando un hábito de trabajo, que no tuve antes y así sigo, aunque ya con mis ocupaciones solidarias, culturales que alimentan lo que escribo. De hecho, Tiempo sin días, se nutre de experiencias cercanas con lo que...