La palabra es nueva pero la cosa es vieja, decía Francis Bacon. El recuerdo, el silencio y la reverencia del hijo ante la voz y la sombra de su padre; el miedo, el dolor y la alegría de una madre que hereda una tradición a su hija; la montaña, el río, la nube, el camino, son presencia que resuena en la piel y en el canto. Cada uno de los poetas chinos contemporáneos de esta antología (Yu Jian, Zhous Sese, Jian Rufeng, Mei Er, Li Cheng’en) traza los relieves de su mundo con los límites, esquivos o sutiles, de su propia experiencia. Y esa es la novedad de su palabra: un viento que se alza, no para sacarnos de tajo de nuestra realidad, sino para traernos más cerca de ella. Cada uno de estos poetas, a su modo, narra un cercano diálogo con la vida. Y eso es lo que logran sus traductores: con admirable transparencia y paciente precisión nos descifran el relato de estos poemas.