Una novela sobre la vejez y sus penurias cotidianas y sobre el dolor insuperable de perder a un hijo. Cipriano, viudo hace solo tres años y casi octogenario, enfrenta la noticia de que Juana, su hija, ha muerto en un accidente de avión. El dolor se multiplica por el hecho de que ella había dejado de hablarle varios años atrás, desilusionada con lo mucho que él había hecho sufrir a su esposa, la madre de Juana. Lamentando la muerte de la persona que más quería en la vida y la reconciliación que nunca ocurrió, el día que lo llaman a notificarle que han identificado los restos del cadáver le informan, además, que su ADN coincide con el de otro pasajero muerto, de manera que el viejo se entera de la existencia de un hijo que no sabía que tenía.En esta novela, Marta Orrantia explora los abismos de la vejez, tanto sus penurias cotidianas como sus grandes desafíos (los dolores físicos, las lagunas mentales, la soledad, las rutinas tediosas, las expectativas mínimas que despiertan todos los actos, la inminencia de la muerte), pero con los matices de las circunstancias peculiares del viejo Cipriano: el dolor indescriptible de tener que enterrar a sus hijos, y la convulsión que produce enterarse de que tenía otro hijo y, por tanto, la tardía toma de conciencia de las consecuencias imprevisibles de cada una de las decisiones de su pasado.