Todo en él fue enseñanza. Las debilidades de su cuerpo perdieron toda jerarquía ante la fuerza y el ímpetu de su formidable espíritu, y ellas, lejos de avasallarlo, fueron dóciles a toda búsqueda, y el mundo, en su extensión y belleza, se rindió a sus pies. Desde el trono de su silla de ruedas, hoy emblema del triunfo del espíritu sobre la materia, reconoció el gozoso placer de la vida y la generosidad de cada elemento de la naturaleza. La palabr...