Desde los años noventa, América Latina se ha caracterizado por una apertura al multiculturalismo y a los discursos de género. Este tránsito se ha expresado por ejemplo en el reconocimiento constitucional del carácter plural de la sociedad en numerosos países de la región y en la implementación de políticas de acción positiva destinadas a expresar una voluntad de respeto de las alteridades antes excluidas del ámbito político formal. Con ello se marcó una ruptura radical con un esquema de ciudadanía que anteriormente prohibía la expresión de las diferencias en la esfera pública y las recluía imperativamente al ámbito privado. En parte, estos procesos reflejan los efectos de dinámicas previas de organización y acción colectiva que surgieron en décadas anteriores, fomentadas por actora/es que, además de ser marginalizada/os desde sus pertenencias étnicas, culturales o de género, reivindicaron una mayor inclusión, representación y participación en las sociedades nacionales y en el debate político: indígenas, afro latinoamericanos, mujeres, LGBT, entre otros. Paralelamente, la validación oficial de la(s) diferencia(s) va a la par con la puesta en marcha de una serie de reformas institucionales que, desde finales de los ochenta, apuntaron a una ampliación de las prerrogativas ciudadanas: políticas de descentralización, elección directa de los mandatarios locales y departamentales, inauguración de mecanismos de "control social", entre otros. Teniendo en cuenta este cambio en las pautas del ejercicio de la ciudadanía tanto desde un plano general como desde el ámbito de la(s) diferencia(s), en este número 71, se quiere abrir un campo para la reflexión sobre las interrelaciones entre identidades colectivas, movilizaciones sociales e iniciativas políticas en América Latina. En particular, este número recoge investigaciones que hacen un balance de estas transformaciones y que desde distintos ángulos evalúan si la politización de estas identidades, perceptible en Colombia y en otros países de la región durante las últimas décadas, se traduce o no en prácticas de inclusión y representación de intereses en los campos sociales, partidistas y/o estatales. En parte, estos procesos reflejan los efectos de dinámicas previas de organización y acción colectiva que surgieron en décadas anteriores, fomentadas por actora/es que, además de ser marginalizada/os desde sus pertenencias étnicas, culturales o de género, reivindicaron una mayor inclusión, representación y participación en las sociedades nacionales y en el debate político: indígenas, afro latinoamericanos, mujeres, LGBT, entre otros. Paralelamente, la validación oficial de la(s) diferencia(s) va a la par con la puesta en marcha de una serie de reformas institucionales que, desde finales de los ochenta, apuntaron a una ampliación de las prerrogativas ciudadanas: políticas de descentralización, elección directa de los mandatarios locales y departamentales, inauguración de mecanismos de "control social", entre otros. Teniendo en cuenta este cambio en las pautas del ejercicio de la ciudadanía tanto desde un plano general como desde el ámbito de la(s) diferencia(s), en este número 71, se quiere abrir un campo para la reflexión sobre las interrelaciones entre identidades colectivas, movilizaciones sociales e iniciativas políticas en América Latina. En particular, este número recoge investigaciones que hacen un balance de estas transformaciones y que desde distintos ángulos evalúan si la politización de estas identidades, perceptible en Colombia y en otros países de la región durante las últimas décadas, se traduce o no en prácticas de inclusión y representación de intereses en los campos sociales, partidistas y/o estatales. Paralelamente, la validación oficial de la(s) diferencia(s) va a la par con la puesta en marcha de una serie de reformas institucionales que, desde finales de los ochenta, apuntaron a una ampliación de las prerrogativas ciudadanas: políticas de descentralización, elección directa de los mandatarios locales y departamentales, inauguración de mecanismos de "control social", entre otros. Teniendo en cuenta este cambio en las pautas del ejercicio de la ciudadanía tanto desde un plano general como desde el ámbito de la(s) diferencia(s), en este número 71, se quiere abrir un campo para la reflexión sobre las interrelaciones entre identidades colectivas, movilizaciones sociales e iniciativas políticas en América Latina. En particular, este número recoge investigaciones que hacen un balance de estas transformaciones y que desde distintos ángulos evalúan si la politización de estas identidades, perceptible en Colombia y en otros países de la región durante las últimas décadas, se traduce o no en prácticas de inclusión y representación de intereses en los campos sociales, partidistas y/o estatales.