Igual que los erizos utilizan púas para protegerse, los adolescentes cuentan con sus propias defensas -un atuendo agresivo, una actitud provocadora- para preservar una identidad aún incipiente. Sin embargo, aunque a veces parezca lo contrario, los adolescentes necesitan y agradecen unas relaciones amorosas y positivas con sus padres y otros adultos de su entorno. ¿Cómo descifrar sus códigos y vencer sus barreras? ¿Cómo ganarnos su confianza y man...