Hoy más que nunca es necesario aprender a afrontar la adversidad, las crisis y las contrariedades que jalonan nuestras vidas. Tras prolongados períodos de bonanza, nos despierta de pronto una crisis. Frente a ella hay dos caminos: convertirla en crónica, o acortar la fase dolorosa inicial, para inmediatamente explorar con e ntusiasmo las diversas e interesantes opciones y oportunidades que ofrecen los tiempos difíciles.