Sin vigilancia de los resultados del gasto público no se sabe si un gobierno cumple o incumple ni se tienen criterios para medir si satisface expectativas o demandas de la población. Sin monitoreo y evaluación prevalecen la irrelevancia de las intervenciones obsoletas, el confort burocrático con procesos repetitivos carentes de sentido y la inercia presupuestaria que termina por derrotar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Sin rendición d...