El título de la novela de Henry Ortiz juega con nuestra imaginación, al proponernos que "leamos" sus cuentos mientras llega la muerte. El resultado de ese recurso, es una narración tropical donde El Decamerón de Boccaccio parece cruzarse con La Dimensión Desconocida.
Un caluroso mediodía de domingo al revisar entre cajas viejas, Anthony encuentra un cuaderno que era de su padre... es la frase que abre el menú a veinte historias cargadas de dol...