Siempre he pensado que Colombia en este campo de sus Fuerzas Armadas ha tenido dos grandes bendiciones. Una, tener un ejército con una sólida doctrina constitucional. La otra, tener una policía nacional. El país debe ser más consciente de estas inmensas ventajas. Eduardo Pizarro me convence en este libro de que las dos instituciones tienen ahora otra virtud: la capacidad de construir sobre lo construido, de no solo hacer planes, pero también de r...