Llevamos el mundo en el bolsillo. Cada vez que usamos el teléfono o le damos a la llave de contacto de nuestro automóvil, estamos movilizando el mundo entero. Pero tras la globalización de capitales y mercancías, ha llegado la de las personas y las culturas. Se mezclan productos, por supuesto, pero también ideas, lenguas, literaturas, gastronomías, religiones. Ajustar nuestra conciencia a esa realidad global es el nuevo reto de la sociología. La ...